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lunes, 17 de febrero de 2014

Análisis de Final Fantasy Dimensions


Quiero compartir con vosotros el que, para mí, es el mejor Final Fantasy al que he jugado hasta la fecha y no han sido precisamente pocas las entregas de la saga las que he probado. Se trata del Final Fantasy Dimensions, título que salió exclusivamente para plataformas móviles iOs y Android. Esto hará que mucha gente reciba este juego inicialmente con un asco que puedo comprender, pero nada más alejado de la realidad como explicaré a continuación.







Leí hace tiempo en un artículo por los entresijos de Internet que este juego era una carta de amor de Square-Enix a los amantes de los Final Fantasy clásicos y no se me ocurre mejor descripción para este juego. Que este juego exista en una época como la actual en la que los gráficos y la inmediatez del producto lo son todo, es poco menos que un milagro. Un Final Fantasy de «vieja escuela» en los tiempos que corren es algo bastante especial y que debemos valorar en su justa medida. Y esto es no es más que la punta del iceberg de arte que es Final Fantasy Dimensions. Square-Enix ha dado a los aficionados de Final Fantasy una carta de amor a los juegos que antaño asentaron los cimientos de nuestro amor por aquellos que disfrutamos ahora. Lo que antes era viejo, ahora es nuevo otra vez, las decepciones de hoy vienen por la nostalgia que se siente al compararlos cno juegos como el que estamos tratando aquí.


Dimensions es un juego enorme, tanto en tamaño de mapa como en duración, con una historia que es la definición misma de la épica. Se desarrolla a lo largo de un prólogo seguido de cuatro capítulos en un mundo que ha sido desgarrado por fuerzas mágicas en dos dimensiones (de ahí el nombre del juego) separadas de luz y oscuridad. Durante el transcurso del mismo controlamos un gran elenco de personajes a través de dos historias diferentes pero entrelazadas en un intento de corregir los problemas de dicho mundo.




El corazón del juego, al contrario de lo que ocurre con los últimos Final Fantasy, son los personajes. La mayoría tiene sus propias motivaciones para hacer lo que están haciendo y descubrir sus historias nos deleitará a cada paso. Ahondar en estos personajes resulta muy divertido, casi tanto como la exploración de las múltiples y variadas mazmorras del juego. A lo largo del juego, en realidad controlamos dos tipos totalmente diferentes de personas: Los guerreros de la Luz y los Guerreros de la Oscuridad, dos grupos que, por separado, tratan de averiguar por qué el mundo ha resultado terriblemente dañado. A estos ocho personajes controlables principales se les unen, en distintos puntos de la historia, personajes controlables temporales que dotan a este juego de mucha variedad de personalidades y tácticas. Casi cada miembro del grupo tiene un secreto, un poco de motivación por la que están ahí, y el descubrimiento de cada una de ellas es una de las alegrías más grandes del juego.

Cabe destacar el sistema de oficios, que es algo con lo que Square ha estado jugando y refinando desde Final Fantasy III . Tus personajes inicialmente empiezan como pizarras en blanco, sin verdaderas características que defina claramente sus estilos de lucha. Con el tiempo podrás desbloquear oficios, lo que permite personalizarlos a tu gusto. Van desde los más típicos como magos blancos y los guerreros, a los un poco más esotéricos como monjes, ladrones y draconarius. Cada oficio, como es tradicional en la saga, tiene diferentes capacidades, habilidades, objetos equipables y favorecen algunas estadísticas sobre las demás. Se puede cambiar el oficio de un personaje en cualquier momento de la partida, así que si un ladrón no está funcionando para ti, entonces quizás los poderosos puños de un monje puedan remediarlo. Hay que tener cuidado, ya que sólo hay un número limitado de "puntos de trabajo" para gastar en subirlos de nivel. Los personajes, que como ya hemos mencionado se dividen en dos grupos de cuatro según estén en la dimensión de luz u oscuridad, cuentan con sus correspondientes oficios más orientados a la luz y oscuridad según la dimensión que habiten. Un guerrero de luz no puede acceder a Caballero Oscuro o Místico del mismo modo que su contraparte no puede ser Paladín o Sabio.



A mi personalmente también me han encantado la multitud de guiños que este juego tiene al resto de Final Fantasy, como la cola de rata arriba mostrada que en Final Fantasy I era un objeto clave y ahí se ningunea totalmente o que en un momento dado una contraseña sea "Rosa del desierto." Hay muchas más, pero no voy a destripároslas todas, evidentemente, comprad el juego y disfrutadlas por vosotros mismos.


Por si esto fuera poco también hay otros gruiños a la cultura popular friki...por ejemplo este que pillé referenciando el famoso: "His power level is over 9000!"


Ya solo me queda decir, sin spoilers, que el tramo final del juego es espectacular, así que si lo jugáis no os atasquéis u os perderéis algo grande.

El precio del juego, 16'95€ cuando lo compré yo completo, es una ganga si tenemos en cuenta las 56 horas de juego que hay que completar solo para pasártelo, y que aun te quedan misiones post-game por detrás, máxime si tenemos en cuenta que otros Final Fantasy de mucha peor calidad salen al precio de 70€ en PS3. La historia es enorme, los personajes agradables y en general es un juego divertido de jugar, y aparte de que a veces sea difícil controlar al personaje al andar por el mapamundi, el juego funciona fantásticamente bien en la pantalla táctil. Los menús en particular, presentan un diseño elegante y clásico. La música y los gráficos contribuyen notablemente a la creación de un mundo que nos recuerda que lo viejo y lo nuevo pueden coexistir, y lo hacen con aplomo y estilo.

Desde luego, con todos los palos que se ha llevado Square-Enix últimamente, deberían poner al equipo que creó este juego a dirigir todos los juegos futuros que desarrollen, menudo oasis en el desierto.



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